Sin duda alguna que el Bhagavad Gita ha sido, es y será, en la India, la obra más leída, comentada y aplaudida de cuantas constituyen su riquísima literatura sagrada. De su valor filosófico daremos pálido vislumbre al decir que lo aceptan ortodoxamente y en él beben, como en cristalina fuente de verdad, todas las escuelas y sectas religiosas que al amparo de la nobilísima virtud de tolerancia florecen en oriente cual ramas de un común tronco que con igual actividad por todas ellas distribuye su savia.
La moralidad -asunto relacionado es- trictamente con el Dharma- es para algunos una cosa muy simple. Esto es cierto a grandes rasgos. El bien y el mal, en las acciones ordinarias de la vida, están delineados de una manera muy clara, simple y recta. Para el hombre poco des- envuelto, de inteligancia estrecha y poco instruído, la moralidad parece muy fácil de definir. Pero para aquellos de profundo saber y de elevada inteligencia, para los que evolucionan hacia los niveles superio- res de la raza humana, para los que desean comprender los misterios, la moralidad es cosa muy difícil.
La teosofía reconoce, entre sus cultores más prestigiosos, a Annie Besant, cuyos escritos asumen el carácter de auténticos mensajes parangonables en su proyección a lo mejor de H. P. Blavatsky y C. W. Leadbeater. Y tal predicamento no es producto de promociones interesadas ni de desbordes sectarios por parte de la autora, que siempre se distinguló por la mesura de sus juicios y la ponderación de sus afirmaciones en un campo especulativo de múltiples definiciones e interpretaciones.
Todo pensamiento humano, al desarrollarse, pasa al mundo interno, y se convierte en una entidad activa, asociándose o ligándose, por decirlo así, con un elemental, esto es, como una de las fuerzas semi-inteligentes de los reinos. Este sobrevive como una inteligencia activa, como una criatura engendrada por la mente, durante un período más corto o más largo, proporcionado a la intensidad original de la acción cerebral que la creó.
Esta obra expone de una manera inteligible el concepto de Evolución en dos aspectos, el de la Vida y el de la Forma.
En un principio nos explica los métodos empleados por la ciencia antigua y como está operando la moderna, con la esperanza de la final conciliación entre ambas, ya que nada sería más favorable para el bienestar del mundo entero que la unificación en el plano de la mente de la antigua ciencia oriental y la moderna ciencia occidental.