Cuando en 1982 Pablo Escobar fue elegido como miembro de la cámara de representantes, no lo hizo simplemente para obtener prestigio, sino para incidir directa y personalmente en decisiones legislativas, constituyéndose en un antecedente contemporáneo de procesos de infiltración, captura y cooptación de instituciones que durante las siguientes tres décadas marcarían la génesis reciente de la ilegalidad en colombia. Aunque organizaciones criminales como los carteles de medellín, cali y norte del valle, así como grupos paramilitares y guerrilleros, y bandas delincuenciales organizadas e incluso ciertos poderosos agentes privados legales siguieron avanzando en procesos cada vez más profundos de corrupción, captura y cooptación con la intervención de agentes operando desde sectores legales, es aún común que la corrupción en colombia se defina únicamente como una relación ilícita puntual mediada por el soborno entre agentes privados legales con poder económico y públicos con poder de decisión
Fuego cruzado es el itinerario detallado de tres años cruciales de historia colombiana. Los que van desde el desplome de la paz belisarista con la toma del palacio de justicia, hasta la escalada guerrillera que recibe la propuesta de paz del gobierno Barco.
Las columnas escritas por Enrique Santos Calderón durante este período representan una invaluable cronologia análitica, que permite comprender mejor el complejo drama que enfrenta una democracia sometida al fuego cruzado de esa singular violencia triple de guerrilla, narcotráfico y paramilitarismo que padece colombia.
Estas memorias responden a una necesidad del autor, como periodista, político y abogado, de dejar un legado que sirva a las nuevas generaciones para seguir luchando por un mejor país, en donde la igualdad y la justicia sean los pilares de su sociedad.
Alberto Casas Santamaría es, sin duda, una de las figuras más emblemáticas del país en la política y los medios de comunicación.