En el siglo XIX se creía que las mujeres, de cualquier edad, eran seres demasiado frágiles, que sólo podían estar bajo la protección de su padre, su hermano o su esposo.
La ley no les reconocía el derecho ni la capacidad para manejar sus propiedades. Ninguna mujer podía incorporarse a un trabajo remunerado sin permiso de un varón.
En suma, las mujeres no tenían derechos ciudadanos. Ahora que apenas comienza el siglo XXI las cosas han cambiado… ¿pero cuánto? Para cuidar tus derechos y para evitar los tratos injustos, sin duda te será de gran ayuda conocer el pasado y los esfuerzos de las niñas, adolescentes y mujeres de México. Ellas se hicieron oír y obtuvieron derechos que es indispensable preservar.