Hacia 1938, el jugador de Go Honnimbo Shusai, imbatible meijingodokoro, está próximo a morir. Es el gran maestro de la época, luego de él no habrá ningún otro jugador de tan alto grado. El tiempo de Shusai, el último de los Honnimbo, estará medido por la partida con el joven maestro Otake, quien simboliza el tránsito ideal de la tradición a un mundo nuevo, diferente y aún
indeterminado.