El Juez Di es un personaje tan célebre en la literatura negra como pueden serlo Sherlock Holmes con quien tiene en común la capacidad de análisis y Charlie Chan a quien hace recordar por su agudeza e ingenio.
«Un cuento de hadas exquisito y fascinante, la obra de todo un poeta.» – Julian Barnes
«Una brillante meditación sobre la naturaleza de la novela.» – J. M. Coetzee
«Érase una vez un tiempo» en el que holanda no era el pequeño país que conocemos: se extendía hacia el sur por una tierra montañosa y salvaje en la que todo podía suceder.
Herman Koch se ha afianzado como una de las voces más subyugantes de la novela europea contemporánea. Su forma de abordar sin ambages la ambigüedad moral, la hipocresía y la violencia solapada que carcomen a la sociedad moderna ha logrado capturar el interés de más de un millón de lectores en todo el mundo, tanto en Europa y Latinoamérica como en Australia y Estados Unidos, donde La cena llegó a estar entre los diez libros más vendidos de la lista del New York Times. Con unas ventas que superan a día de hoy los cien mil ejemplares sólo en Holanda, Estimado señor M. representa la obra de un escritor en la plenitud de sus capacidades.
Herman Mussert, un profesor neerlandés de lenguas muertas, se acuesta en su tranquilo apartamento de amsterdam y amanece, al día siguiente, en la habitación de un hotel de lisboa. Al despertarse, su primera sensación no es de sorpresa, sino que siente un extraño escalofrío por la posibilidad de ser otro y por la hilarante probabilidad de estar muerto. El hombre de amsterdam tal vez esté muriendo, pero el de lisboa contará la historia de su vida y la de las dos mujeres que fueron importantes en ella.
Durante la tradicional competición de barcos en el río, un tamborilero aparece asesinado. Pero, como suele suceder en las novelas de este ciclo narrativo, no es este el único ni el más interesante caso al que debe enfrentarse el sagaz juez Di.