Un abogado millonario de origen campesino escribe, a los sesenta y ocho años, una carta “de despedida” a su mujer, descendiente de una familia de la alta burguesía rural landesa. Éste es el arranque de Nudo de víboras, el monólogo de un avaro resentido que, como una fiera que se defiende agazapada en el fondo de su guarida, decide repasar su vida y la de los suyos dejándose llevar por el más inhumano de los instintos: la venganza.