Jaspers y la escision del ser

Para penetrar en la esfera de la filosofía de Jaspers es necesario no perder de vista su idea fundamental referente a la esencia de la filosofía. Él precisa de forma muy clara: «la reflexión filosófica no es una teoría, sino una práctica de un género absolutamente único» en lo que implica de sabiduría y de experiencia esta idea no resulta en sí original, pero caracteriza a la filosofía jaspersiana, en la que adquiere una profundidad nueva. Así, Jaspers afirma la existencia de la «verdadera filosofía», la philosophia perennis, comprendida como única tradición respecto a las múltiples pretensiones. La filosofía se expresa en una obra que testifica la asimilación de la tradición; sin embargo, “o que le da su atmósfera, lo que la ha inspirado, se deja sentir quizá a través de una exposición personal” desde un punto de vista jaspersiano, puede considerarse que en el discurso del método Descartes ha motivado, al hilo de una narración personal, la experiencia que le había llevado a plantear la duda metódica: la incertidumbre resultante de la enseñanza seguida, duplicada por la necesidad imperiosa de certeza. Pero no es la búsqueda de una seguridad racional comparable a la de Descartes lo que pone a Jaspers sobre el camino de la filosofía. Hay, no obstante, para éste una inclinación hacia la seguridad, en la medida en que reconoce el valor de la comunicación humana que se alcanza en el ejercicio de la razón. Si razón y comunicación van parejos, lo es en la nueva perspectiva de una filosofía no teórica, sino práctica. Ambos conceptos ya no se separan más en el encaminamiento filosófico, el cual adquiere tanta importancia que el pensamiento se repite incansablemente. Solidarizados en el estacionamiento, esta nueva razón y esta comunicación hacen que la filosofía se hunda más y más profundamente en la existencia…(introducción)