Amazonas trilogía novelada. El país sin muerte (Primera parte)

Amazonas, la monumental novela de Alfred Döblin que presenta Arango Editores a los lectores de habla hispana, por lo común conocida en las his torias de la literatura como El tigre azul o El país sin muerte, los cuales son apenas títulos de dos de sus partes-la tercera se titula La nueva selva-, curiosamente no había sido traducida hasta ahora al idioma castellano pese a ser una obra del mayor in- terés para españoles e hispanoamericanos.

Pues se trata de una trilogía novelada que relata, de alucinante manera, el descubrimiento de América por parte de los reinos de la Europa de la época, Es- paña, Portugal, Alemania, el poder de la Roma de los papas; también las vicisitudes de su colonización, así como los sentimientos de conquistadores y con- quistados; y en últimas, ofrece una lúcida reflexión acerca del origen de nuestra identidad.

Sin torcer hacia las leyendas blanca o negra de la conquista, Amazonas logra transmitir, con ritmo sin descanso, una visión intensa y poética de lo que se ha dado en llamar el “encuentro de culturas”, por medio de transposiciones de los acontecimientos his- tóricos ocurridos en São Paulo, Cundinamarca, Asun- ción, Buenos Aires, el imperio Inca, la selva o el Paraná. Ningún cronista contemporáneo logró plas- mar con tanta profundidad y perspicacia la violen- cia, la dulzura, la traumática experiencia que significó aquel momento. La vida de los indígenas, los “oscu- ros”, sorprendidos por la llegada de unos seres ex- traños que montaban bestias de tamaño descomunal, se cubrían de hierro y traían juncos que vomitaban fuego para sembrar la muerte, y la de los conquista- dores, o “blancos”, predispuestos mentalmente a un heroísmo que muchas veces se convirtió en cruel- dad, despotismo, brutalidad; o la de los polémicos jesuitas, quienes tantos adeptos y enemigos lograron captar en Europa y en América, de sus diferencias con el resto de la iglesia, de sus contradicciones con los indígenas que lograron convertir en sus discípu- Jos. De los reyes de España y Portugal, de las angus- tias de sus cortes, de las intrigas palaciegas, en fin. Amazonas, la monumental novela de Alfred Döblin que presenta Arango Editores a los lectores de habla hispana, por lo común conocida en las his torias de la literatura como El tigre azul o El país sin muerte, los cuales son apenas títulos de dos de sus partes-la tercera se titula La nueva selva-, curiosamente no había sido traducida hasta ahora al idioma castellano pese a ser una obra del mayor in- terés para españoles e hispanoamericanos.

Pues se trata de una trilogía novelada que relata, de alucinante manera, el descubrimiento de América por parte de los reinos de la Europa de la época, Es- paña, Portugal, Alemania, el poder de la Roma de los papas; también las vicisitudes de su colonización, así como los sentimientos de conquistadores y con- quistados; y en últimas, ofrece una lúcida reflexión acerca del origen de nuestra identidad.

Sin torcer hacia las leyendas blanca o negra de la conquista, Amazonas logra transmitir, con ritmo sin descanso, una visión intensa y poética de lo que se ha dado en llamar el “encuentro de culturas”, por medio de transposiciones de los acontecimientos his- tóricos ocurridos en São Paulo, Cundinamarca, Asun- ción, Buenos Aires, el imperio Inca, la selva o el Paraná. Ningún cronista contemporáneo logró plas- mar con tanta profundidad y perspicacia la violen- cia, la dulzura, la traumática experiencia que significó aquel momento. La vida de los indígenas, los “oscu- ros”, sorprendidos por la llegada de unos seres ex- traños que montaban bestias de tamaño descomunal, se cubrían de hierro y traían juncos que vomitaban fuego para sembrar la muerte, y la de los conquista- dores, o “blancos”, predispuestos mentalmente a un heroísmo que muchas veces se convirtió en cruel- dad, despotismo, brutalidad; o la de los polémicos jesuitas, quienes tantos adeptos y enemigos lograron captar en Europa y en América, de sus diferencias con el resto de la iglesia, de sus contradicciones con los indígenas que lograron convertir en sus discípu- Jos. De los reyes de España y Portugal, de las angus- tias de sus cortes, de las intrigas palaciegas, en fin.