Cuentos del escondite secreto

Anna Frank, con sólo catorce años, se convirtió en el símbolo de lo que pudieron ser, desde el punto de vista humano, cada una de las víctimas de la barbarie y la intolerancia nazi.
Hoy, la sorpresa vuelve a repetirse con estos cuentos escritos desde la misma buhardilla que fue su refugio, su mundo y su caja de sueños. Estos cuentos de Anna Frank, recogidos en un cuaderno aparte, tienen una dimensión literaria más allá del puro valor documental de su famoso diario, trascienden el relato, simplifican el juego lingüístico y hacen desfilar de manera palpable la fragilidad del ambiente aunque de manera suelta, como liberados del miedo y la desesperación confidencial de su famoso diario.
La imaginación que rezuman, la conmovedora frescura y sabiduría de que hacen gala, son sólo una pequeña muestra de lo que esta escritora hubiera podido ofrecernos si el torbellino de su tiempo no hubiera exigido su vida como tributo.
Tienen esa sinceridad e ingenuidad que sólo un niño es capaz de mostrar, pero, al mismo tiempo, poseen la profundidad de la persona que ha sufrido con entereza.
Así, tras tantos años, la anónima muchachita judía de Amsterdam apunta como una escritora sensible, preocupada por la trascendencia, enamorada de esa vida que se filtraba por las diminutas rendijas del refugio familiar y que hoy se nos brinda de una manera conmovedora.