El himno de todos los colombianos

Nuestro himno nacional nació primeramente por inspiración divina. Dios quiso ligar a colombia y a toda la humanidad con lo divino y con lo celestial, por medio de este glorioso himno. No nació por encargo oficial ni por resolución de ninguna junta eclesiástica ni por la academia. Fue ensayado con mucha sencillez e hizo lentamente su camino hasta llegar al pueblo por medio de los niños de las escuelas primarias, “Candorosos intérpretes del sentimiento patrio”.
Sus fáciles melodías se pegaron a todos los oidos y hablaron a todos los corazones; y cuando llegó la celebración del centenario de nuestra independencia, el pais se regocijó de tener una voz para expresar la unión patriótica de todos los colombianos en un mismo arranque de gratitud y amor a los fundadores de la república, con el mismo anhelo de ver grande y próspera a colombia bajo las alas protectoras del dador de la paz el príncipe de la paz, el cual dijo: “La paz os dejo, dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo… esta paz la necesitamos todos los colombianos y toda la humanidad.
El amor a la patria es algo tan alto y tan sublime, que busca como simbolos patrios las cosas más ideales: un himno, un escudo, una bandera.
En los acordes de nuestro himno vibra el alma nacional. Apenas se oye, hace estremecer los nervios y palpitar los pechos. Una simple estrofa puede forzar a las multitudes con más impetu que la estrepitosa voz de millares de capitanes.
Escuchado en tierra extranjera logra que la sangre fluya en el corazón y la emoción encienda las mejillas, al tiempo que una lágrima de nostalgia asoma a los ojos. Envuelve también armonia las aspiraciones, los ensueños, los dolores y las esperanzas del patriota. en manto de
Nuestro himno nacional nos recuerda a aquel que murió en la cruz también por todos los colombianos…. “Es una invitación a comprender las palabras del Señor Jesús y así ser verdaderamente libres.”