¿Es real la realidad? Confusión, desinformación, comunicación

Tomando sus ejemplos de la historia, de las noticias de la prensa, de la literatura, de las ciencias, de la ciencia ficción, de juegos de palabras, de problemas matemáticos y de rompecabezas, el profesor Watzlawick construye una brillantísima demostración de cómo la comunicación crea lo que llamamos realidad.
El autor no presenta el libro como una guía o manual que prometa enseñar al lector cómo comportarse con un atracador de bancos, cómo comunicarse con un chimpancé o con los extraterrestres, cómo desenmascarar los fraudes psíquicos; pero se sirve de estos ejemplos sólo con el objeto de demostrar que la realidad tiene muchas facetas que, a su vez, están determinadas por la técnica de la comunicación.
La idea del nexo entre comunicación y realidad es relativamente nueva. En efecto: sólo en estos últimos años se ha procurado investigar de qué manera las personas mediante la comunicación ejercitan mutua influencia en la formación de la imagen y el concepto del mundo en que viven. Watzlawick es precisamente uno de los expertos que han trabajado en este ámbito y, con este libro, su primera obra de divulgación, presenta, en una serie de ejemplos singulares y hasta muy divertidos, algunos de sus descubrimientos.
La obra toma su punto de arranque en los problemas elementales de la labor de traducción, puesto que, con ella, leves matices del significado, originados por el cambio de una lengua a otra, pueden provocar inmediatamente serias repercusiones en las relaciones internacionales, y los errores de interpretación del reciproco comportamiento entre seres humanos y otras criaturas, como los osos, a veces han resultado fatales. Se pasa después a la desinformación deliberada, como se estila en el espionaje y en los tests psicológicos. Con ello se muestra la deformación del sentido de la realidad causada en la persona a quien se dirige.