Frankenstein

Era la una de la madrugada, la lluvia repiqueteaba lúgubremente en las calles y la vela que iluminaba la estancia se había consumido casi por completo. De pronto, al tenebroso fulgor de la llama mortecina, observé cómo la criatura entreabría sus ojos ambarinos y desvaídos.
Sin embargo, cuando mi obra estaba ya lista, mi sueño perdía todo el atractivo y una repulsión invencible se apoderaba de mí.
La terrible historia del doctor Frankenstein recoge el viejo mito de la criatura salida de la mano del hombre y que escapa a su control. En la narración, dotada de un extraordinario poder de sugerencia, la gradación de la intriga alcanza niveles insuperables.