Hijos del Albatros

Hijos del Albatros,integrada por dos relatos cortos relacionados entre sí “la habitación sellada” y “el café”, forma parte de lo que Anaïs Nin quiso que fuera su gran obra novelística, lo que ella denominó su “novela continua” En definitiva, lo que la autora ofrece al lector son una serie de prismas o facetas, un agudo estudio psicológico de una serie de personajes del parís de entreguerras, del parís feliz del exilio de los Hemingway, Scott Fitzgerald, Gertrude Stein, Henry Miller.. Y, aunque éstos no sean los protagonistas de hijos del albatros, los nombres de Sabina, Djuna, Michael, Paul, Lillian y Jay pertenecen sin duda a esa bohemia poetizada por la autora gracias a su raro magnetismo por las palabras, a su inquietante y singularísimo estilo.
En el fondo, sin embargo, los personajes de esta obra se adelantan al feliz exilio parisino, para anunciar ya aquel lema del futuro existencialismo sartriano: “El infierno son los demás.” La incomunicación, la dificultad de la relación amorosa, las cortapisas con las que tropieza la libertad individual tanto en el interior como en el exterior de uno mismo, el peso de la infancia… todos estos son los problemas que cristalizan en ese delicado tapiz que es hijos del Albatros.