Lázaro (Algunos subrayados)

Un nuevo tomo de las ya famosas memorias de Malraux, iniciadas con “Antimemorias” y proseguidas a través de “la hoguera de encinas” y “la cabeza de obsidiana”.
En “Lázaro”, Malraux vuelve a interrogarse acerca de la muerte. Esta vez, con una presencia intermedia: la parálisis. Resuelto a luchar en ese nuevo frente, Malraux debe esperar que los médicos se pronuncien. Mientras tanto, retorna uno de sus relatos: el del primer ataque con gases, en 1916. Amenazado por una especie de inexistencia, Malraux está fascinado por las reacciones de un pueblo ante el horror. Los hombres parecen habituados al asesinato colectivo, así como a tantas otras catástrofes; pero cada vez que lo inhumano adquiere una forma nueva, suscita en ellos una honda fraternidad. Esa fraternidad es la lumbre que arde junto a la cabecera de André Malraux enfermo. Un enfermo que anhela ascender desde los confines del sepulcro con el impulso común de los hombres. Entonces acuden, para mezclarse con las pesadillas y las sonrisas de una curación que avanza, las trágicas vicisitudes a través de las cuales la resistencia se encamina hacia la liberación. Pocas veces André Malraux, personalidad tan singular, ha aspirado con tal intensidad a la anónima esperanza humana. Su anhelo tiene la fuerza vacilante de la luz del amanecer.