Letragrafía

Letragrafía llega ahora con la premura de lo que se espera. Su autor no pretende, ni mucho menos, expresar fórmulas y mandamientos para el trabajo del dise. ñador (y del periodista), sino como se explica en la Introducción, «valiéndose de la descripción de las letras solas o en conjuntos, pretender un estudio de las im. plicaciones perceptivas y conceptuales que suelen presentarse a lo largo y ancho de la comunicación indirecta, es decir, de aquélla recibida por el lector mediante la lectura». Aunque aplica algunas verdades, ya definidas por otros investigadores, de los fenómenos visuales, lo hace de manera crítica, aprovechando lo aprovechable a la línea metodológica seguida en el terreno de sus propios análisis, conclusiones e ideas, a partir de la realidad nacional revolucionaria y sus exigencias al respecto.
Aunque el libro «aspira a servir como libro de texto», también puede servir como punto de partida hacia otros cuestionamientos de los hábitos gráficos y sus infinitas posibilidades de legibilidad.
El título mismo tiende a nombrar la esencia del libro: «No es una historia de la letra ni de la escritura. Tampoco incursiona por la enredada madeja del pensamiento teórico puro. Pero no es ni catálogo de imágenes ni manual encargado de mostrar mecanismos técnicos de la letra impresa.» Rechaza el término de tipo-grafía, para adoptar uno más. de acuerdo al carácter de la letra gráfica, a sus dimensiones, connotaciones y funciones comu-nicativas.