Los felinos del canciller

Esta historia de diplomacia y cosmopolitismo, esta suma de evocaciones de otro tiempo, atrapa al lector por el lado irresistible de la inteligencia.
Puede afirmarse que los felinos del canciller es la primera gran novela sobre el dorado aunque nada apacible mundo de la diplomacia hispánica. La ironía, la elegante escritura y el fino humor consustanciales a la narrativa de Moreno Durán, hacen aún más implacable la visión sobre la impostura social de los Barahona, los protagonistas del libro. Ambientada en la última semana del verano de 1949 en nueva york, la novela recrea nostálgica y dramáticamente una red de vivencias y escenarios que confluyen siempre en una atmósfera crepuscular: el fin de una era, de una concepción del mundo, de una sensibilidad. Conscientes de que la diplomacia no es más que el eufemismo (el tic social, el lenguaje ingenioso, el refinado mohín) elevado a Razón de Estado, los personajes de esta novela se enclaustran en sus privilegios cada vez más, al extremo de rozar el incesto. Las arcádicas urbes americanas y europeas de comienzos de siglo, el vaticano y nueva york, son las instancias del recuerdo del último de la estirpe, que durante los años de la guerra vagabundea por las antillas so pretexto de misiones consulares y cuya errancia no es más que la confirmación de un hecho inapelable: un fin de race, el canto de cisne de una época cuya fascinación y violencia resucita esta novela.