Los hijos del capitán Grant

Un enorme tiburón de quince pies de largo y 600 libras de peso es cazado en las tranquilas aguas del canal del norte por los marineros del yate Duncan. Como estafeta de las aventuras, en su estómago alojaba el tiburón una botella que contenía el mensaje que unos náufragos, como último y desesperado recurso, habían lanzado al mar.
Así comienza la aventura del lord Eduardo Glenarvan, quien decide ir en busca del capitán Grant, siguiendo el paralelo 37 según las indicaciones de los manuscritos hallados en la botella. Sin embargo, las palabras del manuscrito no son claras, y solo los azares del viaje, revelarán el verdadero significado de una ruta que ni el capitán John Mangles, ni lord Glenarvan, ni el geógrafo Paganel, ni una docena de hombres, pudieron descifrar.
Al final de la aventura, los marineros han dado la vuelta al mundo, atravesando los mares hasta las costas de chile y argentina, y de allí hacia australia y nueva zelanda, en medio de aventuras y peligros inesperados. Versión abreviada de Miguel Arteche.