Siervo sin tierra

En breves meses se agotó la primera edición de este libro, una de las mejores novelas que hasta estos momentos se han escrito en tierras hispanoamericanas.
El autor nos ofrece en ella la biografía de un campesino colombiano oriundo de una determinada región que puede señalarse en el mapa. Su historia cubre los últimos veinticinco años de la primera mitad de este siglo, y es descarnada, sombria, irracional, estúpida, como la de millones de compatriotas suyos que arrastran su tragedia por las montañas y las llanuras de colombia.
Nada en esta biografía o en esta novela es inverosimil o improbable. Todo en ella ha sido arrancado de la realidad, y el autor ha tratado por todos los medios a su alcance de reflejar, sin literatura y sin apasionamiento, “el caso” de muchos campesinos que viven de la tierra, para la tierra, por la tierra, entre la misma tierra, y, sin embargo, mueren sin poderla llamar suya. Son victimas seculares de la incomprensión de los gobiernos, la ambición ciega de los políticos, la avaricia sórdida de los terratenientes, la torpeza de los alcaldes, la brutalidad de los vecinos y el rigor de las estaciones. Su destino es igual al de las bestias de carga que cualquier dia caen a la orilla del camino para no levantarse más, porque los arrieros las rematan a palos.
Si con esta novela, con este testimonio que fué escrito sobre la información de sus observaciones personales,el autor consiguiera interesar a los hombres de la ciudad en la suerte miserable de los hombres del campo, se consideraría satisfecho.Porque es lo cierto que, pese a quien le pesare, en pleno siglo veinte todavía hay en colombia muchos siervos sin tierra.