Sin engañosa cortesía

Este libro nos ofrece los recuerdos de Carlos Lleras de la Fuente entre 1937 y 1961. Con agilidad, en un estilo transparente y sin pretensiones, la narración tiene un in- terés ante todo testimonial.

La política, por supuesto, está muy presente: el niño que escucha semiescondido las conversaciones de los adultos, las reuniones clandestinas de la Dirección Liberal en la casa del padre, el acompañante adolescente o juvenil de las giras de Lleras Restrepo permiten evocar y precisar las formas en las que se hacía entonces la política. Hay muchas narraciones cuyo interés está en ofrecer nuevas perspectivas de un incidente de importancia política conocido desde otros puntos de vista, a veces apoyado en documentos privados, como la correspondencia de políticos y amigos. Buenos ejemplos están en la narra- ción del incendio de la casa de Carlos Lleras Restrepo en 1952, instigado por las autoridades conservadoras del país y la ciudad, visto por un sorprendido adolescente, o la historia de las relaciones entre Alberto y Carlos Lleras, o las paradojas de sus mutuas y variables amistades con Alfonso López Pumarejo o Eduardo Santos, con sus cam- bios de lealtad y sus rivalidades.

“[…] En un país donde los peores odios y las más sucias maniobras entre políticos se recubren de una cortesía engañosa, el lenguaje directo y desenfadado de Carlos Lleras de la Fuente es otro de los rasgos que dan frescura a este texto y hacen que su lectura no sólo nos ofrezca un buen acervo de nuevos datos y percepciones sobre el país, sino que sea al mismo tiempo instructiva y divertida. Jorge Orlando Melo en el prólogo