La vida de D. Francisco Méndez Casariego es la respuesta a la pregunta del doctor de la ley a jesús: «¿quién es mi prójimo?» jesús replica con la parábola del buen samaritano, y el P. Méndez, con la misma, traducida por él en la joven caída o próxima a sucumbir mo ralmente y en los golfos callejeros cubiertos de harapos. Antes cambia de ruta. Iba para ingeniero y se desvía al sacerdocio porque un amigo, seminarista en Toledo, cuelga la sotana temeroso de ser maltratado por la revolución de septiembre de 1868.
El P. Méndez limpia el borrón caído sobre las figuras legalistas y egoístas del sacerdote y del levita que huyen del herido sin prestarle siquiera los primeros auxilios y se lanza, como Jesús, en pos de las ovejas perdidas de la casa de israel.