Si el orador no “se hace” con el público en los primeros segundos de su intervención, lo más probable es que no se haga con él nunca.
En este notable libro, Art Fettig le muestra cómo conseguir la atención del público, y mantenerlo bajo su influencia, mediante un método fiable y demostrado. A partir de ahí, la charla se desarrollará en un ambiente relajado y agradable, lleno de “buenas vibraciones” entre orador y público.