La mordacidad sensual con que el amante de lady Chatterley atacó a la sociedad de su tiempo tiene que ver con el hecho innegable de que, en el fondo, toda literatura constituye escándalo. El desenfado, la asunción sin violencia de las ceremonias del deseo, la manera de nombrar el esplendor del cuerpo y del amor, eran osadías demasiado infrecuentes para que una sociedad que acababa de condenar a uno de sus poetas no se viera conmovida hasta los cimientos.
En una inglaterra convencional y puritana, el escándalo y la polémica acompañaron a la novela desde su publicación en florencia en 1928. Una mujer aristócrata, de vida refinada, casada con un noble lisiado de guerra, inicia una relación sexual con un guardabosques, sin educación, cuya vida se mueve por energías primarias e instintivas.
La mordacidad sensual con que el amante de lady Chatterley atacó a la sociedad de su tiempo tiene que ver con el hecho innegable de que, en el fondo, toda literatura constituye escándalo.