Prácticamente todas las sociedades humanas se organizaron en su día como tribus. Sin embargo, con el tiempo desarrollaron nuevas instituciones políticas que incluían un estado central capaz de mantener la paz y leyes uniformes aplicables a todos los ciudadanos. Asumimos esas instituciones como algo natural pero están ausentes o son incapaces de actuar en muchos de los países actuales en vías de desarrollo, a menudo con terribles consecuencias para el resto del mundo.