Ying Zheng fue el primer emperador de china: el hombre que conquistó los diversos reinos, unificó sus escrituras y sus leyes y construyó la Gran Muralla. Un tirano que hizo quemar todos los libros acerca del pasado, con la pretensión de que la historia comenzase con su reinado, y que enterró vivos a más de cuatrocientos letrados que habían pretendido engañarle en su búsqueda de un elixir de la inmortalidad.