El solo nombre de Máximo Gorki basta para evocar la tragedia de la vida rusa desde las postrimerías del zarismo hasta la implantación del régimen socialista.
Para tal evento, las recias novelas de este autor tuvieron una parte preponderante al auspiciar una revolución y poner de manifiesto después la inmensa tragedia que desencadenó aquel profundo cambio social.
Este relato de su niñez es realmente el relato de una vida muy dura, tanto para él como para quienes lo rodeaban. Lejos de ser una obra reflexiva y de entendimiento de sensaciones, esta obra es más una realidad de aquellas personas que rodearon la vida del autor y de las situaciones que tuvo que vivir. Al morir su padre, Lexei, protagonista de esta historia, debe enfrentarse con la dureza de su abuelo, la pobreza y a la locura y enfermedades de su madre. Para contrarrestar tanto dolor Lexei se aferra a su abuela, quien le aporta un toque de dulzura y alegría con su cariño y sus relatos, y a los distintos personajes que van a apareciendo, que desde muy pequeño le enseñaba la ley de la calle y las reglas con las que él puede empezar a enfrentar la vida, a su manera.
Este es el primer volumen de su trilogía autobiográfica, arranca en la ciudad Astraján, con los recuerdos de la muerte de su padre, un tapicero empleado después allí como agente naval.