Si “juego de damas” recrea una jerarquía de mujeres mentales meninas, mandarinas y matriarcas y un mundo de elegante aunque sospechoso roce cultural, “el toque de Diana” aborda un tema por completo opuesto al del salón, un ámbito cerrado, un hortus conclusus donde la cínica erudición de un mayor y la sensual malignidad de su mujer se reconcilian en una ceremonia despiadada y a menudo cruel.