En menos de dos siglos, la tasa de urbanización del mundo entero se ha desarrollado de una manera increíble. Nuestro planeta está a punto de convertirse en una ciudad gigantesca y esta transformación, nacida de la industrialización y cuyas consecuencias han sido a menudo dramáticas, no sólo renueva los datos de la geografía humana: toda la sociedad está en tela de juicio, la de hoy y más aún la de mañana. Y, a través de ella, la vida de los hombres.