En una era en que muchos preconizan los productos de la ciencia como panaceas contra todos los males, biológicos y sociales, mientras que otros no tantos quizá pregonan la bancarrota de la actividad científica, resulta muy oportuno que un investigador eminente analice la naturaleza auténtica de la ciencia y las actividades y aspiraciones de quienes la cultivan.
En este libro, el autor describe cómo se puede llegar a una civilización lúgubre y sin sentido, sin planteamos nuestro futuro basándonos en aspectos negativos como la contaminación y la superpoblación. Para sobrevivir felizmente como parte de un mundo natural debemos aprender a cultivar los valores positivos de la naturaleza del hombre y del mundo exterior.