La reina Ginebra se debate entre el deber y el destino, entre su amor por Arturo y su pasíon por el caballero Lanzarote, quie también se verá dividido entre la lealtad a su rey y el amor a su reina. Sacrificando sus sentimientos, Ginebra decidirá finalmente que este caballero de la mesa redonda debe marcharse de camelot.