Desde que los formalistas rusos introdujeron en el ámbito de la crítica literaria la noción de que la literatura es el resultado de un fenómeno de extrañamiento lingüístico, los estudios literarios experimentaron un cambio radical. Quedaron atrás las consideraciones impresionistas y la crítica se esforzó en aproximarse al rigor científico. En esta evolución han surgido numerosas tendencias críticas y distintas concepciones del fenómeno literario que suelen parecer incomprensibles al lego en la materia.