Los géneros supuestamente “menores” han sufrido,al parecer, cierta decadencia. ¿Se trata de un arte trivial que hace pasar la frivolidad por alegría, anunciando una dulce dicha en una melodía pegadiza y agradable a los oídos? ¿Logran entusiasmar con su levedad a un públi co en igual medida intelectual e ingenuo y ávido de diversión?
Las operetas y zarzuelas originales, fieles a los linea mientos serios del género, poco tienen que ver con el tonto canturreo que muchos teatros, la radio y la televisión ofrecen bajo estos nombres.