A las personas de ambos sexos y de todas las edades, a los jóvenes impulsivos y entusiastas o a los más equilibrados y cerebrales, les encantará la manera con que W. H. Walter enseña Cómo montar a caballo, pues se expresa en el libro con la misma llaneza que si le estuviera dando al lector una clase individual de equitación.