Cuatro años a bordo de mi mismo

Por su calidad literaria, el intenso interés de las pasiones contrapuesta y el rico valor del testimonio, Cuatro años a bordo de mí mismo es una creación novelística hondamente colombiana y que adquiere una dimensión continental. Con un ambiente retratado de mano maestra y unos personajes concebidos con agudeza y marcando intencionalmente los contrastes trágicos, este relato refleja experiencias e invenciones avivadas por el tono autobiográfico elegido. La obra es vigorosa como la tierra misma en que se teje la trama, la Guajira, un paisaje lleno de luz y de sol, trágico y doloroso casi siempre y en ese paisaje se mueven los personajes
-Pablo, Manuel, Anashka, Enriqueta y tantos otros atrapados en sus destinos contradictorios, admirablemente captados por Zalamea Borda y modulados con la substancia misma de la vida- obsesionados por estos dos problemas vitales: el Amor y la Muerte. Este relato significa, también, el testimonio que refleja la diversidad de un espíritu para quien la expresión lírica fue una constante en su varia actividad intelectual y el ejemplo cabal de un gran talento literario. Cuatro años a bordo de mí mismo, por sus naturales cualidades literarias, por la destreza con que se expresa el argumento, puede ser considerada entre las más bellas novelas que la literatura colombiana haya producido en todos los tiempos.