El carnicero de Lyon. La vida de Klaus Barbie

El reciente juicio celebrado en Francia contra Klaus Barbie, también conocido como Klaus Altman o el carnicero de Lyon, ha vuelto a poner en las primeras páginas de los periódicos una situación que todavía sigue viva en la memoria de medio mundo. El reportaje de su vida galardonado con el premio ondas da nuevamente al fenómeno del nazismo, y en especial a este personaje, un lugar destacado en la prensa diaria. Algunas biografías adquieren el carácter de leyendas y ése es caso de Klaus Barbie, criminal de guerra que se ha convertido
en el sinónimo de la perversidad de la era nazi. Sus tristemente famosas hazañas durante la segunda guerra mundial no han sufrido la catarsis de un juicio inmediato que hubiera reducido sus acciones a la categoría de “actos de guerra”. Por el contrario, obtuvo el privilegio de disponer de cuatro décadas de libertad para asentar su bien ganada fama y convertirse en un símbolo viviente del nazismo. La carrera de Klaus Barbie se basa en la “utilidad del mal”. Empleando los peores instintos del hombre en su beneficio ascendió en el marco del tercer reich, fue devastadoramente
eficaz contra la resistencia de Lyon y, sobre todo, logró eludir la justicia durante cuarenta años a pesar de haber sido condenado a muerte dos veces. Y todo ello, gracias a que hay muchos que están dispuestos, e incluso ansiosos, de ser empleadores y cómplices de quienes comprenden la utilidad del mal.
Brendan Murphy.
Periodista norteamericano asentado en parís, ha logrado una narración escalofriante, bien documentada, que consigue mantener el interés del lector hasta la última página.