En pos de la justicia. Los problemas internos de los Estados Unidos vistos y relatados por el procurador general Kennedy

Los departamentos del gobierno federal están organizados de acuerdo con la función o el campo de actividad que a cada uno corresponde. La tesorería se ocupa de los ingresos públicos y de los asuntos fiscales. Al departamento de estado competen las relaciones con los países extranjeros. Los departamentos de sanidad, de educación y de asistencia social ejercen las funciones de las cuales derivan sus nombres. Pero, como sucede siempre, existe una excepción que lo complica todo: el departamento de justicia. El entendido en administración pública diría que la finalidad de este organismo consiste más bien en analizar “procedimientos” que en desempeñar funciones o enfocar problemas.
El Departamento de Justicia interviene en las operaciones de todos los demás departamentos y organismos, así como en las del congreso mismo y en las de los tribunales. Su deber consiste en velar por “el exacto cumplimiento de la ley”, en contraposición a la administración de programas gubernamentales. En otras palabras, le corresponde tratar de resolver los “casos difíciles” que, por naturaleza, quedan fuera del cauce de administración normal seguido por los Departamentos y organismos.