Fe. El libro de las virtudes

Nuestra comprensión de la creación es imperfecta, de modo que nuestra fe debe llenar esa laguna, como nos recuerdan algunos personajes de la Biblia: Noé, que gracias a su bondad salvó a su pueblo y Job, cuyo sufrimiento se ha convertido en una medida proverbial de la fe.
Los cuentos judíos que Bennet ha incluido inducen a tener una creencia sobrenatural para actuar correctamente. La fe muchas veces nos orienta hacia otras virtudes, como la alegría y la esperanza que despierta la celebración de los ritos religiosos.
Algunos poemas clásicos de la literatura afirman que Dios nos socorre siempre y que existe un designio para nuestra vida, aunque ahora no lo comprendamos.