Levantando polvo

Puestos en el asuntito ese de conseguir algo de buen mantenimiento (o en palabras de la autora de este libro, “un buen polvo”) deberíamos aceptar que las experiencias de los demás nos pueden ser muy útiles, en especial a quienes no hemos sido bendecidos con cualidades intelectuales o físicas destacables.Los de este grupo podríamos aceptar, qué diablos, que también nos sirven los polvos regulares y en algunos casos desesperados, los malos polvos; no nos podemos poner muy exigentes.Y lo que nos ofrece este libro es una guía fantástica para recorrer los caminos que nos lleven al cálido y placentero puerto de un polvito, levantado honestamente, a pulso, venciendo a la más dura de las competencias (machos y hembras en celo) con el ingenio y las deliciosas herramientas del coqueteo sagaz e inteligente que propone Eva Rey.