Nuevo diccionario de ciencias ocultas

Desde la más remota antigüedad los hombres acusan interés por aquellas cosas que se alejan de lo común y corriente, y que resisten los análisis de la experiencia, y, en ocasiones, de la propia razór humana. El hombre de Neardenthal, acaso la forma humana más antigua que conocemos, era poco más que un cuadrúpedo, puesto en dos pies. Pero con todo, no debió dejar de intuir que, a su alrededor, se producían hechos que en manera alguna podía explicar su rudimentaria inteligencia. Y tras él, las sucesivas oleadas de vida organizada, que sirvieron de enlace con la actualidad en el curso de centenares de siglos, no escaparon a la sensación de perplejidad ante el Infinito y sus misterios. Se produjo, luego, el impulso a dar respuesta a los aterradores interrogantes, y cada familia étnica, cada pueblo, tribu o clan, trató de tranquilizar su desasosiego con la creación de teorías, más o menos aceptables, pero encaminadas todas a satisfacer la curiosidad innata en el ser humano, respecto a aquello que no entendía
De ello se han derivado infinitos errores y grandes verdades. Las viejas civilizaciones milenarias, como son la de egipto, de la india y de la china, sin olvidar las que surgieron a la luz en la meseta del irán, madre de pueblos y de culturas; a través de la brillantez cazadora de los cerebros de la grecia antigua, de sus continuadores latinos y de los más excelsos tratadistas de la revolución cristiana, han dejado a la posteridad vastos sistemas de interpretación, en los que abunda tanto lo bueno como lo malo. Y con ello, nació y se multiplicó un intrincado laberinto de palabras fuera de lo normal, que llenar de vacilaciones a muchas gentes, aun las tenidas por eruditas…(Prefacio)