Secciones de Ramana Maharshi

Sri Ramana Maharshi nació y murió en la India.
El pueblo donde obtuvo la iluminación se llama Tiruvanamalai.
Y junto a él; se alza, imponente, la cumbre de Arunachala.
Estos dos elementos geográficos fueron mudos testigos de experiencias sublimes, transmitidas en escritos de singular belleza, exentos de afectación, consagrados únicamente a la diseminación
inteligente de un mensaje espiritual necesario hoy y siempre.
En esta atmósfera cargada de intuiciones y sabiduría, el Maestro descubrió el misterio de la vida y de la muerte, la senda del
autoconocimiento, el abismo inescrutable, la Deidad, el vórtice estremecedor donde el hombre, de pronto, se despoja de su carnalidad esclavo y se sorprende, entre
azoramiento y éxtasis, cabalmente divinizado.
Los comentarios y versiones de Arthur Osborne nos presentan aquí los perfiles y expresiones de una personalidad ahíta de deslumbramientos y capaz de entregar, con simplicidad de humilde ofrenda, todos sus deliquios, poemas, hallazgos, traducciones de textos, comentarios escriturales, convicciones y enseñanzas, con destino a una humanidad
sedienta de Verdad si adulteraciones.
Ramana Maharshi, espléndido pregonero del amor, del bien,
Yo supremo, perdurará muchos siglos, más allá de toda trampa conceptual, de todo desmañado o prolijo intento de analizar sus dichos, como exponente de verdad por antonomasia, de verdad autoevidente…
…Y con total certidumbre, el iluminado de Tiruvanamalai, el adorador de Arunachala, el hombre que con poquísimas palabras manifestó muchísimo, cobrará con mérito propio, en la historia del mundo, la grandiosidad
que aquel
pueblecito
casi incógnito no tuvo,
y la inconmensurabilidad que aquella cumbre, por terrena, no podría tener sino en la visión exaltada y tremante de un vate, de un visionario, de un gigante del pensamiento: de un
Ramana Maharshi incomparable y único.