Un viaje hacia la luz

Para un homosexual brillante y ambicioso, en los años 80 no cabía mayor fortuna que trabajar con Andy Warhol. Mark Matouseck lo había logrado antes de cumplir los 30, conquistando un ejemplo en la redacción de interview. Pero la revista que entronizaba la banalidad era una cárcel de oro, y ni siquiera el cinismo del joven aspirante a escritor podría eludir la opresión del vacío. Aquel mundo de papel satinado impreso a todo color se resquebrajada, mientras sus protagonistas escondían la depresión bajo el halo del éxito o enfermaban víctimas del sida. A Mark no se le escapaba que ese sería también su futuro. Sin embargo, el encuentro con el poeta Alexander Maxwell fue providencial: tras descubrir su condición de seropositivo, recorrió la India en compañía de este nuevo amigo, tanteo distintos senderos espirituales, busco gurús y ensayo las cosas más insólitas. Tuvo que sortear falsos santones, terapias ilusorias y absurdas supercherías, pero al final halló la fuerza y paz deseadas. Sólo así Mark pudo redescubrir el asombro ante el milagro de existir y hubo de reconocer la paradoja: su enfermedad le había otorgado ese privilegio.
Un viaje hacia la luz es un testimonio humano que apasiona y maravilla por la sinceridad bien humorada de Mark Matouseck, un hombre que supo marcarse un camino hacia el reencuentro consigo mismo y entendió que ese era el único requisito imprescindible para afrontar la vida.