¡Viven! La tragedia de los Andes

El viernes 13 de octubre de 1972, un avión Fairchild en vuelo charter desde montevideo a santiago de chile, se estrelló en los andes, a 3.500 metros sobre el nivel del mar, en un lugar desolado y casi inaccesible. La tercera parte de los pasajeros componentes de un equipo amateur de rugby y sus acompañantes y amigos y casi todos los miembros de la tripulación, fallecieron en el accidente; ocho murieron a consecuencia de una avalancha y tres a causa de sus heridas, del hambre y el frío.
Los supervivientes trataron de resistir con las escasas reservas alimenticias de que disponían, esperando ser rescatados. Pero su esperanza sufrió un rudo golpe cuando escucharon, a través de un transistor, que se había abandonado la búsqueda del avión siniestrado, ya que todos los intentos de localización del aparato habían resultado infructuosos.
Abandonados a sus menguadas fuerzas, en un medio hostil y amenazador, desprovisto de fauna y vegetación, agotadas sus reservas alimenticias y su resistencia física, los dieciséis supervi vientes se vieron abocados a una dramática decisión: debían alimentarse de sus compañeros muertos para poder seguir viviendo.