La colmena, seguramente la obra más valiosa de Camilo José Cela, es un testimonio fiel de la vida cotidiana en las calles, cafés y alcobas de aquel madrid de 1943, pero es también una amarga crónica existencial. Un aire de rutina y fatalidad ha invadido la conciencia de las gentes. Todos creen que las cosas pasan porque sí y que nada tiene remedio.

La colmena, seguramente la obra más valiosa de Camilo José Cela, es un testimonio fiel de la vida cotidiana en las calles, cafés y alcobas de aquel Madrid de 1943, pero es también una amarga crónica existencial. Un aire de rutina y fatalidad ha invadido la conciencia de las gentes. Todos creen que las cosas pasan porque sí y que nada tiene remedio. Entre la abigarrada multitud se oye el solitario zumbido de muchos seres confusos y a la deriva.

“Memorias” en la seguridad de que seria un libro de insuperable interés y prodigiosa calidad. Asi ha sido. En el prólogo al volumen afirma el escritor: “Los libros de memorias pueden muy bien, incluso debería siempre, escribir sobre la marcha, sin esperar a que la memoria se aje, se pierda o se confunda, sin aguardar tampoco a cumplir esos problemáticos setenta u ochenta años que nadie sabe
si llegaremos a cumplir”. Gracias a este feliz criterio nos llega hoy La rosa, primer libro de estas Memorias de C. J. C., que llevan el título general de La cucaña, “La vida española es una larga y previamente plantada cucaña que se levanta en medio de la plaza pública, con la superficie engrasada a conciencia para que nos escurramos- frotada con hojas de ortiga para que nos rascamos- y conectada con los cables de la luz para que, A ser posible, nos muramos electrocutados”.