Una gran distancia separa la lectura de una obra de teatro de su escenificación; esta distancia será mayor cuanto más tiempo haya transcurrido desde su concepción original. En este sentido, Couton aconseja en el presente volumen leer las piezas teatrales independientemente de asistir a su representación, ya que así el lector puede convertirse en el director de un teatro de la imaginación que determina cuáles efectos, previstos en el original, deben destacar sobre otros; ordena la iluminación y los decorados que convienen, elige a los actores, el vestuario, etc.