De la primera lucha por la justicia a la estrategia política de la revolución
Si es cierto, como con frecuencia se señala, que somos un pueblo sin memoria, no resulta descabellado pensar que buena parte de la responsabilidad le cabe a la historia que se nos ha enseñado, una historia parcial, elaborada dentro de los estrechos marcos de un grupo social y, por tanto, incapaz de reflejar las luchas y esperanzas de las mayorías, que han adelantado los grandes movimientos de transformación, en busca de equidad y justicia.