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La censura del fuego
“Un cabo, hábil en el polígono, fue el encargado de disparar. […] Mi misión consistía en esperar en una segunda moto, estacionada en la esquina de las bodegas de corferias, para actuar por si algo salía mal. […] Estoy refugiado en el Sumapaz, pero desde aquí les puedo hacer llegar pruebas para demostrarles que lo que digo es cierto”.