“… Polvo y ceniza de siglos opacan la visión de un pasado esplendoroso. Tumbas magníficas, ornamentos áureos de asombrosa filigrana, sublimes ataujías…
Todo esto esconden es sus meandros, impregnados de misterio, las pirámides de egipto, colosos pétreos, espectaculares vigías de un pasado avaro de enigmas y de un futuro portentoso, no menos enigmático…
… Y anudados a esos rastros prolijamente memoriosos, de genialidad constructora y mensajes velados, llega hasta nosotros, cabalgando en el transfondo de la leyenda, el mito y la publicidad falseada, una legión de conspicuos arqueólogos arqueólogos fallecidos en circunstancias singularmente extrañas.