Un viejo campesino calabrés llega a casa de sus hijos en milán para someterse a una revisión médica. Allí descubre su último afecto, una criatura en la que volcar toda su ternura: su nieto, que se llama Bruno, como a él le llaman sus camaradas partisanos. Y vive también su última pasión: el amor de una mujer que iluminará la etapa final de su vida concediéndole toda su plenitud.
La sonrisa etrusca narra los últimos meses de la vida de un viejo campesino calabrés que, habiéndose trasladado a milán para someterse a reconocimiento médico, descubre por intermedio de su nieto, el sentido último de la vida.