Tras el proceso de Nuremberg, siete de los más próximos colaboradores de Hitler Hess, Speer, los almirantes Dönitz y Raeder, Funk, von Neurath y von Schirach fueron encerrados en Spandau, en una prisión reservada para ellos y guardada por las cuatro potencias vencedoras. Basándose en una amplísima documentación, mucha de la cual era hasta hoy secreta, Norman J. W. Goda nos cuenta la conflictiva existencia de esta cárcel en el berlín de la guerra fría, a la vez que el final, generalmente ignorado, de las vidas de sus siete moradores: