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Justicia. El condenado número 437
Del sufrimiento, por causa de lo divino y de lo humano, habla Reymont, ribeteando sus mejores momentos de intensidad dramática.
Un hombre se alza como víctima del oprobio, pero su tragedia rebasa a la persona y señala a los otros elementos de la misma comunidad: los vagabundos, los expoliadores de la guerra, los emigrantes fugitivos, los jornaleros que pueden dar gracias a su patrón y, por consiguiente, una mínima subsistencia.