Visión de paralaje constituye el trabajo teórico más importante de Slavoj Zizek, según su propia descripción de la obra. La paralaje puede ser definida como el desplazamiento aparente de un objeto causado por un cambio en la posición del observador.
“Alexiévich describe de manera muy elocuente la incompetencia, elheroísmo y el dolor: mediante los monólogos de sus entrevistados creauna historia que el lector, por muy distante que esté de losacontecimientos, será capaz de palpar.” The Daily Telegraph
“Cree lo que yo creo y lo que no puedes creer, o perecerás. Cree o te aborrezco; cree o te haré todo el daño que pueda”. Ese era el dogma del fanatismo según Voltaire. Y, como los atentados contra Charlie Hebdo volvieron a demostrar, ese sigue siendo hoy, dos siglos y medio después. Así que no es casual que este autor se haya convertido en el fenómeno editorial del momento en francia, con más de 150.000 ejemplares vendidos en un solo mes. Voltaire, la estrella editorial de la rentrée, como tituló echo, fue según Savater el primer intelectual, un pensador que nunca se conformó con entender el mundo, sino que ansiaba transformarlo y que entendió como nadie antes que el texto era un poderoso instrumento de propaganda.
La primera aproximación a la figura y la obra de Max Weber (1864-1920) no puede realizarse sin antes atender al debate que siempre ha rodeado la biografia de este autor: ¿Quién es Max Weber? Se le considera un jurista, un teórico, un historiador, un economista, un filósofo, un politólogo y un sociólogo, así como un estudioso de la racionalización capitalista de la sociedad industrial alemana de principios del siglo xx.
Se acaba de celebrar en todo el mundo el final del segundo milenio. Se trata, claro está, de una pura convención, fijada arbitrariamente y con varios siglos de retraso por los reformadores cristianos del calendario para hacer coincidir el año uno (aproximadamente) con la fecha del nacimiento de cristo. Una convención, pues, que en teoría no afecta a las tres cuartas partes de la humanidad que utilizan calendarios distintos: chinos, indios, todo el islam. Pero que sí los afecta en la práctica.
Porque la práctica de este milenio ha sido cristiana y occidental. Son los mil años en los que el occidente cristiano conquistó el mundo entero, politica y culturalmente, imponiéndole no sólo su calendario sino su voluntad. Su técnica, su ciencia, su ideología, su cultura, y hasta su manera de vestir.
K vive en Tokio con su esposa y sus tres hijos. Eeyore, el mayor, padece una enfermedad mental, y durante un dramático acceso alza un cuchillo contra su madre. En lugar de afrontar la situación, la reacción de K es sentarse y leer en su estudio.
¡Que viva la música! es una novela de iniciación. Es la invitación a una fiesta sin sosiego, donde su protagonista dejará que el mundo baje hasta el pozo sin fondo de sus propios excesos. Pero con felicidad.
Hay un pacto secreto con la muerte en esta danza de María del Carmen Huerta, la rubia protagonista de estas páginas que, sin importar que proceda de una familia acomodada, se entrega por completo a la música y a la decadencia.
No debemos contentarnos con estar “en contra” del capitalismo o del neoliberalismo; hay que estar sobre todo “a favor” de otra cosa. Eso exige ser capaz de definir con precisión el sistema económico ideal deseado para poner en práctica, la sociedad justa que uno tiene en mente, con independencia del nombre que decidamos darle.
Thomas Piketty
Tras deslumbrar al planeta con el capital en el siglo XXI y mientras rumiaba su consagratorio capital e ideología, Thomas Piketty decidió hacerse cargo también del debate público cotidiano de esas mismas ideas.
¿Cómo se explica la conquista del mundo por los europeos? se han dado a esta pregunta un gran número de respuestas, que en su mayoría giran en torno a su superioridad en el arte de la guerra. Philip T.
Este connotado filósofo austriaco emprendió aquí un enfoque antropo-filosófico a su modo, que es una meditación sobre lo que somos como género y lo que nos espera en caso de no entender nuestra función como seres perfectibles de un proyecto aún inacabado.